Lxs infantes necesitan poder experimentar su cuerpo y sus posibilidades, y en este despliegue, sobre todo en los primeros años, necesitan la presencia adulta, como una forma de sostén. Una presencia que sostiene y no dirige, que se entrega y es auténtica.

En este espacio tendrás la posibilidad de entregarte a la presencia, al disfrute de los momentos compartidos y acompañar los encuentros y desencuentros con los otros infantes del espacio, y todo lo que ello moviliza en ti.

Y al final, nos daremos un pequeño espacio para compartir aquello que nos ha inquietado o sorprendido, con la idea de ir estableciendo un espacio seguro de desarrollo, que incluya la comodidad y la complicidad de las personas adultas que forman parte.

Una experiencia nutritiva y enriquecedora para infantes y acompañantes.