Agresividad e infancia: cómo acompañamos

Los seres humanos somos seres sociales: el vínculo es constitutivo en nuestra especie, es un instinto vital que inaugura la propia percepción (nos percibiremos a partir del contacto) y que, a la vez, garantiza la supervivencia. No somos sin los otros, y esto es una realidad que no nos habla de dependencia vs. libertad, sino … Leer más

La disponibilidad materna

«Pero para garantizar el crecimiento y desarrollo de un niño hay que cuidar fundamentalmente a los adultos que se ocupan de ese niño, porque finalmente nadie puede dar lo que no tiene. No se puede brindar sostén, respeto, continencia, afecto, si uno no se siente querido, sostenido, contenido, reconocido y respetado«. Chokler M., Los organizadores … Leer más

La crianza contenida

¿Qué son realmente los buenos tratos? ¿Qué hacemos con las emociones complejas cuando aparecen? ¿Qué hacemos con nuestro enfado, nuestra rabia, despertada por las actuaciones de nuestrxs hijxs? ¿De verdad nos creemos inmunes a estas emociones? ¿Pensamos realmente que podremos ser la madre (o el padre) hiper comprensiva que todo lo puede acoger? ¿Realmente creemos que este es el ideal de crianza?

Acompañar un cuerpo en construcción

Las y los bebés nacen inmaduros, mucho más que las crías de otras especies. Y esta inmadurez implica que durante los primeros meses se considera que están en un período de exterogestación.
¿cómo influye en el desarrollo del bebé (y del infante futuro) la manera en que manipulamos su cuerpo durante los cuidados cotidianos?

La infancia, nuestra configuración de fábrica

De alguna manera nuestra infancia, las vivencias que tenemos en los primeros años de vida, moldea lo que consideramos “normal”, las actitudes que nos permiten tener mayor éxito de supervivencia (como cualquier otro ser vivo, priorizamos aquello que nos permita sobrevivir), y nos abre o nos cierra a la confianza, al placer y al vínculo con los/as otros/as.

Cuidar el equilibrio familiar

Muchas y diversas familias van hacia un modelo en el que las necesidades de los más pequeños tienen un lugar privilegiado.
Y algunas veces, en esta búsqueda de generar una nueva manera en el acompañamiento de la infancia nos perdemos de vista a nosotras mismas y nuestras necesidades, y nos olvidamos que las mamás y los papás no somos asistentes de nuestros hijos, sino más bien modelos que educamos a partir del ejemplo.

Acompañar el vínculo entre hermanxs

¿Tenemos, los padres y las madres, responsabilidad en cómo se da la relación entre los hermanos/as? ¿Tenemos que hacer algo por remediarlo? ¿Cuál es nuestro papel?
Es muy difícil definir nuestro grado de responsabilidad “en general”, porque cada caso es único. Creo que cada una y cada uno lo puede al menos intuir si analiza su actuación frente a sus hijos/as.

La maternidad real

Era mucho mejor madre antes de ser madre. ¿Habéis sentido algo así cuando os habéis enfrentado a la maternidad real?
Es bastante generalizado tener algunas ideas claras antes de ser madre, y que estas ideas se vayan enturbiando en la práctica cuando las ponemos en contacto con la realidad de la experiencia de la parentalidad.

Los hijxs reales

La inmensa mayoría de las mamás y los papás aman a sus hijas e hijos. No tengo la menor duda. Pero no siempre nuestro amor llega tal y como nos gustaría, no siempre es un amor que cumple las necesidades reales de los niños y niñas.
En este escrito me gustaría centrarme en lo que siento que es un punto complejo para la mayoría de mamás y papás: la aceptación de los hijxs reales, tal y como se presentan ante la vida.